viernes, 2 de julio de 2010

¡Dios Existe! Argumentos lógicos

Partiendo de la Filosofía de Descartes:

Dios es sustancia infinita: existencia completa y suficiente. Es perfecto y veraz (la veracidad se deriva de la bondad divina, incluida en la perfección).
  Al tratar de los fundamentos de la certeza vimos que la demostración de la existencia de Dios era el primer paso que daba Descartes después de descubrir el "Cogito"·. Veamos ahora las dos pruebas de la existencia de Dios más importantes de las que formula Descartes: la ontológica y la gnoseológica. 
--Prueba ontológica.- (Procedente de San Anselmo). Es verdad aquello que percibimos clara y distintamente. De un triángulo percibimos clara y distintamente que sus ángulos suman dos rectos (por tanto, esto es verdad). Pero en la idea de triángulo no percibimos clara y distintamente que exista en la realidad. Su existencia no se puede intuir a partir de la pura noción de triángulo. En cambio, de Dios sí, porque la noción misma de Dios incluye la existencia. En efecto, la noción de Dios es la de un ser necesario e infinito, cuando el hecho de no existir sería una limitación.
 --Prueba gnoseológica.- (Procedente de San Agustín). Tengo la idea de Dios, es decir, del ser infinitamente perfecto. Tal idea ha de tener una causa, pues todo cuanto existe tiene una causa. Pues bien, existen tres tipos de procedencia de nuestras ideas:
           a) Ideas facticias (producidas por mí), como la idea de centauro
           b) Ideas adventicias (venidas de la experiencia), como la idea de China.
           c) Ideas innatas, ideas que encuentro en mi mente y que no son facticias o arbitrarias, como la idea de triángulo.
   La idea de Dios no es una idea adventicia, pues nada hay en la experiencia infinitamente perfecto. Y tampoco puede ser una idea facticia, construida a partir de la idea de lo finito por vía negativa (como había sostenido Tomás de Aquino). Según Descartes, es al revés: mi idea de lo finito supone la de lo infinito (no podríamos ser conocedores de nuestra finitud y de nuestras limitaciones a no ser que pudiéramos compararnos con la idea de un ser infinito y perfecto).
   Por lo tanto, la idea de Dios ha de ser una idea innata (una idea que se encuentra en mi mente. Ahora bien, ¿puedo ser yo la causa de tal idea, como lo soy de la idea de triángulo? No, porque en la causa ha de hallarse al menos tanta perfección como en el efecto. Siendo yo imperfecto, no puedo ser la causa de una idea perfecta. Luego su causa ha de ser Dios mismo. (Queda así demostrada, por la presencia en mí de la idea de Dios, la existencia del Mismo).
       Al margen de las demostraciones de su existencia, las funciones de Dios en la filosofía de Descartes son de tres tipos: gnoseológica, física y teológica.
a) La función gnoseológica de Dios en el sistema de Descartes.-Como vimos en su momento, la demostración de la existencia  de Dios proporciona el fundamento de la certeza, de la realidad de nuestras evidencias, y permite así el salto del pensamiento -del cogito- a la realidad... Dios existe; Dios es un ser perfecto; un ser perfecto no puede no ser veraz; por tanto, Dios, que me ha creado, no puede engañarme.
   Ya en su época se le acusó de círculo vicioso, porque no se puede demostrar la existencia de Dios más que confiando en la evidencia de las ideas claras y distintas, y no es posible confiar en esta evidencia más que cuando ha   sido demostrada la existencia de Dios... Descartes contestó que la evidencia inmediata (intuitiva) es suficiente por sí misma, pero la veracidad divina es necesaria para garantizar la fidelidad de los razonamientos (intuiciones sucesivas en que interviene la memoria)(con lo que Descartes o se contradice acerca de la certeza de la evidencia- o traslada el círculo vicioso de las intuiciones a las deducciones).
    En todo caso, en la medida en que Dios es el fundamento último de la certeza, representa la clave de bóveda del sistema de Descartes. Hay que subrayar aquí este papel central de Dios en la filosofía racionalista de la Edad Moderna: la razón y la verdad dependerían en última instancia del poder de Dios. En esto ha solido verse una herencia escolástica, de la que sólo se liberará el pensamiento en la Ilustración.
b) La función de Dios en la física. En la física, Dios sirve para explicar el origen del movimiento. Dios es la primera causa del movimiento y conserva constante (por razón de su inmutabilidad) la cantidad de movimiento del mundo.
c) La función teológica de Dios. En el aspecto teológico, Dios es causa creadora (demiurgo) y conservadora de las sustancias finitas.




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